La técnica es similar a hacer un rompecabezas: el artista utiliza un aplicador para colocar las gemas en el área correspondiente del lienzo. Este proceso es no solo gratificante, sino también relajante, ya que permite desconectar del estrés diario y sumergirse en la creatividad. Es una actividad ideal para personas de todas las edades, convirtiéndose en una excelente manera de pasar tiempo en familia o disfrutar de un momento de soledad.
Una vez completado, el cuadro de diamond painting se puede enmarcar y exhibir como una obra de arte única. Los resultados son impresionantes, y cada pieza se convierte en un punto focal en cualquier habitación. Además, el diamond painting también es una opción popular para regalar, ya que permite personalizar obras que reflejan los gustos y preferencias de quienes las reciben.